‘Rocas brújulas’: interdisciplina y diálogo de saberes

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‘Rocas brújulas’: interdisciplina y diálogo de saberes

  • Más allá de la colaboración de distintas áreas de conocimiento formal, este proyecto se nutre de la forma en que las comunidades entienden el entorno en que habitan

Hasta el próximo lunes 26, estará en el punto de cultura ‘Sala Federico Ramírez’ (O’Higgins 555, Concepción) la exposición ‘Rocas Brújulas: polifonías bioculturales del habitar el paisaje volcánico Antuco / Sierra Velluda’ que resume el trabajo desarrollado en el marco de un proyecto encabezado por la artista visual y sonora Carolina Opazo Riveros y financiado a través del Fondo Nacional para el Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart). 

“El objetivo del proyecto, centrado en el paisaje volcánico Antuco y Sierra Velluda”, explica la artista, “es explorar relaciones estéticas entre el conocimiento geológico-científico y los conocimientos, perspectivas y prácticas de las propias comunidades locales que habitan esta región. Bajo este propósito, hemos buscado promover el intercambio horizontal de saberes y experiencias provenientes de la investigación artística, geológica y antropológica, en vínculo con las reservas de saberes que contienen las comunidades sobre su paisaje volcánico”.  

En la iniciativa, colaboraron el antropólogo Germán Sepúlveda y la académica del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Concepción (UdeC), Dra. Verónica Oliveros Clavijo, junto a dos de sus entonces memoristas de la carrera de Geología de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ): Miguel Ancamán Bastías y Sebastián Guerrero Valenzuela, quienes desarrollaron sus investigaciones de título en el marco del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcanológico – Ckelar Volcanes.  

“Mi práctica artística ha significado moverme entre estos dos mundos de conocimientos, científico y local, buscando metáforas entre sí para ir problematizando las composiciones materiales, representacionales y epistémicas que configuran la noción contemporánea de paisaje volcánico en Antuco”, detalló Carolina Opazo y explicó que “complementando esta búsqueda, la Dra. Oliveros junto a sus estudiantes, Sebastián y Miguel,  contribuyen a esta exploración al investigar cómo las comunidades locales perciben los volcanes, y lo hacen desarrollando un enfoque que desestabiliza la geología como ámbito exclusivo de las ciencias, en su forma tradicional, para dirigirse –en colaboración transdisciplinar con las artes y la antropología– hacia una comprensión que valora y reconoce las visiones locales, integrando estas perspectivas en el conocimiento geológico”.  

Cruces disciplinares y diálogos horizontales

“A partir de esta colaboración y cruces disciplinarios”, concluye la artista, “hemos logrado crear nuevas rutas de orientación y narrativas que resignifican el paisaje volcánico como una entidad cocreada por las energías terrestres y la cultura que se desarrolla a su alrededor. Es decir, se pone en valor cómo el paisaje no sólo otorga significado a las vivencias e historia de las comunidades, sino que también es enriquecido por ellas. También, nos ha permitido desarrollar una interpretación sensible, onírica y situada sobre la historia de los fenómenos geofísicos que tienen lugar en el Antuco y Sierra Velluda”.  

La Dra. Oliveros, en tanto, explicó que, al haberse adjudicado el financiamiento de Fondart más o menos al mismo tiempo que sse había comenzado a implementarse el IM Ckelar en que ella es investigadora principal, “le dije a Carolina que tratáramos de enfocar este proyecto en conocer los saberes alrededor del volcán o de quienes viven cerca de él, para entender un poco la percepción de las comunidades humanas de lo que son los volcanes, porque los científicos tenemos una idea de lo que son los volcanes, pero lo que piensan las personas que viven ahí también es una realidad y también los volcanes son eso que puede ser muy diferente a lo que vemos nosotros”.  

“Una misma problemática, un mismo tema, o un mismo objeto”, reflexiona la Doctora en Ciencias de la Tierra y el Universo de la U. de Niza (Francia), “puede ser analizado desde distintas perspectivas” y, en este sentido, enfatiza en el concepto de riesgo que, explicó, puede ser percibido de manera distinta por diferentes actores.  

“Muchas personas que viven lejos de los volcanes y que los estudian”, detalla la Dra. Oliveros, “afirman que el volcán es peligroso porque va a generar erupciones, etc, pero, en realidad, quienes viven cerca del volcán lo ven como una fuente de riqueza, de vida, sienten que les da mucho más de lo que pueda ocurrir, por ejemplo, con una erupción que podría ocurrir cada cierto tiempo y es importante conocer eso y entenderlo para abordar desde ahí el riesgo y la mitigación de los desastres, conocer las perspectivas y los conocimientos de las de las comunidades”. 

En tanto, Sebastián Guerrero, hoy geólogo, comenta que sus funciones fueron “asesorar a la artista, Carolina, con aspectos que eran relevantes del paisaje conformado por los volcanes, el río, al agua, la flora, la fauna, los humedales, las estrellas, y, en algunos casos, el sol y todo esto lo íbamos describiendo desde un punto de vista geológico para que ella también pudiera inspirarse o tomar alguno de estos conceptos y seguir desarrollándolos en su proyecto”.  

“También participamos de muchas actividades de diálogo con las comunidades para poder establecer cuál era su postura y cuáles eran los relatos que ellos tenían con respecto a habitar el paisaje volcánico, tratamos de recopilar la mayor cantidad de relatos que tenían ellos que contarnos, y el trabajo de gabinete que hicimos buscando referentes del arte, la antropología y la geología, fue de mucha ayuda para el proceso de la realización de mi memoria”.  


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