Hace algunas semanas, se realizó la trigésimo séptima versión del International Geological Congress (IGC), que esta vez tuvo lugar en Busan, Corea del Sur.
Este encuentro científico se celebra cada cuatro años y reúne a especialistas de todo el mundo en el amplio abanico de las geociencias y sus respectivas disciplinas y subdisciplinas.
En este contexto, el académico del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Concepción, Dr. Osvaldo González-Maurel presentó tres trabajos, dos en modalidad de poster y una tercera a través de la charla titulada ‘Intra-volcanic chain B isotope variations: a case study from the Chilean Central Andes’ en que dio cuenta de algunos de los principales resultados del proyecto ‘FONDECYT 1240153 – How much water in the crust? Disentangling the current upper crustal hydration state at the Central Andes, northern Chile’, del cual es co-investigador.
Esta iniciativa es dirigida por su colega Dr. Benigno Godoy Neira de la Universidad San Sebastián y financiada a través de la línea Regular del Fondo de Desarrollo de Ciencia y Tecnología (Fondecyt) de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
El IGC es uno de los encuentros científicos más importante en el área de las geociencias a nivel mundial, la cual se había realizado en Sudáfrica en 2016 y en India en 2020, aunque se suspendió su presencialidad por la emergencia sanitaria derivada de la pandemia por COVID. La versión de 2028, en tanto se desarrollará en Canadá.
“Se reúne la comunidad geocientífica en este gran evento que es como el mundial o las olimpiadas de la geología. De ahí la importancia de este congreso y por eso decidimos que teníamos que presentar nuestros avances en ese lugar en particular”, comentó el Dr. González-Maurel, especialista en petrología ígnea, geoquímica isotópica y volcanología.
“En esta oportunidad, presenté en torno al boro y su relación con algunos sistemas volcánicos del norte Chile”, detalló “y además fue una buena instancia para discutir con otros colegas sobre el futuro de nuestra investigación”. En particular, una discusión muy fructífera se llevó a cabo con el Profesor Jung-Woo Park, quién extendió una invitación para realizar un seminario en la prestigiosa Universidad Nacional de Seúl (SNU), oportunidad que aprovechó para generar potenciales contactos de colaboración a futuro.
“Conversamos extensamente sobre qué hace cada uno y, al final, me invitó a realizar un seminario sobre el trabajo que mis colaboradores y yo hemos realizado por casi 10 años. Fue algo inesperado, y por supuesto que acepté, lo que implicó que tuve que extender un poquito más la visita para no perderme esta oportunidad”, comentó González-Maurel y destacó que “tuve la posibilidad de visitar el campus, conocer algunos departamentos y sus laboratorios, y además de dictar el seminario, discutir futuros proyectos de investigación en que podamos colaborar estrechamente”.
“Estoy muy contento”, comentó, “es gratificante que valoren y validen tu trabajo afuera y también, en parte, es la idea de este tipo de congresos. Es muy enriquecedor tener la oportunidad de asistir a estos ‘mega eventos’ científicos; siempre te dejan cosas desde el punto de vista profesional y personal”.
“Con Benigno, y muchos otros colegas de distintas universidades nacionales e internacionales, venimos trabajando hace prácticamente 10 años. Nos enfocamos principalmente en los productos volcánicos recientes del norte de Chile”, detalla el Dr. González-Maurel. “Y, a través de distintos proyectos, hemos ido paso a paso avanzando en comprender la evolución del magmatismo en el área. En este momento, nos estamos dedicando a investigar las condiciones de hidratación del magma y cómo se comportan los fluidos asociados”.
En este contexto, estudiar las concentraciones elementales e isotópicas de boro en rocas volcánicas resulta fundamental para comprender el comportamiento del elemento a lo largo de todo el ciclo magmático, es decir, desde su origen hasta que es erupcionado. “El boro es un trazador geoquímico ideal para estudiar la adición de fluidos desde la corteza oceánica que subduce hacía el manto suprayacente y el viaje de los fluidos a través de la corteza continental. La afinidad del boro por el magma y los fluidos, además de su bajo fraccionamiento en la corteza, nos permite detectar y cuantificar los procesos de intercambio entre diferentes reservorios de magma”, detalla el experto.
Además, comenta que uno de los principales resultados registrados hasta el momento en esta línea de investigación tiene que ver con “una sorpresiva variabilidad que tiene este elemento químico a escala local, inclusive dentro de una misma cadena volcánica”.